Skip to content

La mirada interna

La mirada interna es aquella que nos facilitamos al observar cómo nos sentimos o estamos en ese preciso momento. 

Desde que nacemos aprendemos a observar y convivir con el mundo exterior y lo que allí suceda; de la misma manera tenemos un mundo interior gigante y en desarrollo por descubrir pero no estamos acostumbradas a percibirlo con facilidad. 

Pero… ¿qué es la mirada interna? Y ¿cómo consigo “despertarla”? 

LA MIRADA INTERNA

La mirada interna no se despierta por las mañanas cuando abrimos los ojos. Al contrario: lo más probable es que la mente se despierte con el abrir de ojos y comience a repasar todo lo que tenemos pendiente o los quehaceres del día. 

Para conectar la mirada interna tenemos que ser capaces de escuchar atentamente hacia adentro. 

Pero lo más importante para mí es el modo en que escuchas y observas: sin pretender cambiar o juzgas nada de lo que allí te encuentres. 

Es como si tú fueras una mera observadora en cierto paisaje concreto y no fueras capaz más que de impregnarte de lo que allí suceda, sin tener el poder de transformar o juzgar nada en primera instancia. 

Esto es muy importante puesto que intentamos que el ego no forme parte (al menos de manera primordial) en el intercambio. Y digo intercambio porque esto es una especie de comunicación contigo misma. Observo cómo estoy y no lo juzgo, sino que lo abrazo y comprendo. De ahí que pueda entender qué me pasa y cómo estoy, y después cambiarlo si lo creo oportuno o lo necesito. 

La mirada interna ¿cómo la desarrollo? 

Yo utilizo mucho esta frase e intención tanto en mis clases de respiración consciente como en mis clases de danza en los momentos en los que necesitamos de nuestro movimiento natural o primario. 

Pero… cómo podemos conectar con ella? 

Voy a compartir contigo un par de tips que me ayudan a desarrollar esta capacidad. Por supuesto esto es desde mi humilde experiencia en la vida y en la práctica activa de yoga, respiración consciente, movimiento y ejercicios de exploración sensitiva. 

  • La respiración ujjay. Puedes encontrar un artículo dedicado a esta maravillosa respiración “oceánica”. Qué es y cómo llevarla a cabo. Solo decirte que este sería el paso previo a lo que te voy a contar a continuación: que es la respiración ujjay
  • La meditación. Ten un momento (a ser posible después de llevar a cabo varios ciclos de respiración ujjay) para reposar la práctica de pranayama y dejarte sentir. No hace falta que te sientas la más “yogi” del mundo. Tan solo siente que tienes un momento para “parar” la mente. Sobre todo no trates de pensar en nada ni evocar nada: centra tu atención en ser y estar
  • Tras una pequeña práctica de pranayama y meditación: OBSÉRVATE. Si necesitas sigue con los ojos cerrados y escucha cómo te sientes. Puedes aprovechar para VISUALIZAR partes de tu cuerpo concretas por dentro y por fuera. También te puedes visualizar desde fuera, como espectadora. Activa esa parte del imaginario que te ayude a referirte a ti misma y te haga cada vez más sencillo regresar a ese estado. 

A partir de ahí, te quedas a solas contigo misma y seguro que sabes cómo gestionar ese encuentro cuando lo necesites o quieras; y espero que cada vez sea más a menudo puesto que necesitamos explorar esa parte de nosotras mismas para saber quienes somos realmente. Y somos siempre luz, aunque las nubes negras sean necesarias para sentir cuando el sol se abre camino, aún más fuerte, a través de ellas.

Te invito a que te unas a mi práctica online en mi aula online. 

Gracias por acompañarme, 

MANTENTE CONECTADA

Únete a mi newsletter y
obtén un 10% de descuento
en productos y aula online

Utilizamos cookies para ofrecerte el mejor servicio posible    Más información
Privacidad